Tuesday, November 21, 2023

Viejos horrendos

Viejos horrendos, ¿por qué queréis torturar a los jóvenes transmitiéndoles los complejos y miedos que a vosotros os hicieron sufrir en vuestra juventud? ¿Qué esperáis obtener de todo esto?…

Saturday, November 11, 2023

Bosquejos de una sociedad IX

A ver, otra dosis de miseria humana hoy, otra dosis de neuras infantiles y mierda de subnormal egocéntrico que no sabe acallar su conciencia. A ver, otra dosis de meter positivismo por no decir “claro que sí, hijo de puta, te mereces no dormir por las noches. Claro que estás muy jodido, y peor has dejado a las personas con las que trabajas, y a tu familia, normal que tus hijos te odien. Anda y jódete si te sientes mal, te lo mereces. Hazle un favor al mundo y muérete”. Otro día de ver cómo los cabrones con pasta de esta ciudad vienen a que les repares la armadura para seguir machacando a la gente normal. Otra jornada de hacer que lo insano se sane para seguir pudriéndose y pudriendo todo lo que toca. Eso paga mi piso, y mi coche deportivo, y mis vacaciones, y mis vicios… Igual un día me hago eremita y os digo la verdad y os mando a tomar por el culo a todos los sociópatas que tengo por clientes. Pero no va a ser hoy. Tampoco mañana, no te creas. Joder, qué chorradas. Te gusta. Sabes que estás metido en esta espiral de mierda que es este mundo del revés. Tu construyes su realidad psicológica, les entrenas para blindarse, y ellos te pagan muy bien por ello. Contribuyes a la sociedad. Claro que sí. Eres un miembro productivo de esta ciudad. Sin ti, todo se vendría abajo. Estarían perdidos como las ratas enfermas que son en una campaña de desinfección. Ellos son los timoneles del día a día y tú, tú, ¿quién eres? Su conciencia, o mejor, su lavado de conciencia. Te regalo una conciencia, mierda humana, que ni eso tenías, y por el mismo precio te la lavo. Es tan fácil, puro mecanicismo cuando te acostumbras… Los psicólogos estamos para ayudar a la sociedad. Claro, por eso estudiamos esta carrera. Sólo que se les olvidó decirnos exactamente a quién teníamos que ayudar, ja, ja, qué broma más cabrona. Y la cartera acaba mandando. ¿O tú te crees que este despacho, y estos muebles tan modernos y elásticos, y la señorita en la recepción, lo pagan las buenas intenciones y el amor por el prójimo? Bueno, no exageremos con la broma, ¿eh?, que los domingos soy el primero en la congregación en preocuparme por mi gente. Si supieran lo que pasa por aquí entre semana…si supieran lo que mueve a estos miembros destacados de nuestra sociedad armoniosa y rebosante de virtud. Igual Fromm tenía razón. Pero esta no es tierra de super egos. Este es un lugar mucho más primitivo, aunque se vista de sofisticación. Es la historia más vieja del mundo. Tan cruel como hace miles de años. Así que nada de utopías. El presente y ya está. Espíritu corporativo, por favor. Hiciste lo que tenías que hacer. No tenías otra salida. No es tu responsabilidad, ellos te lo mandaron, ¿verdad? Si no hubieras sido tú, lo habría hecho otro. No nades contra la marea. No te ahogues como un gilipollas. Has triunfado y te lo mereces. Tú, tú, tú. Y que se jodan ellos. No tengas remordimientos. Eso es cosa de perdedores, y tú no eres de esos. ¿Ves? Ponemos una tirita y ya no existe la herida. Eres un campeón. El favorito de los jefes. Enhorabuena. Tómate esto y las pesadillas desaparecerán. Ya verás qué bien duermes. Créeme, yo tengo un título universitario y varios Másters, sé de lo que hablo. ¡Ups!, mira, se nos acabó el tiempo de la sesión. No te olvides de pagar al salir, si no lo has hecho ya, ¿eh? Y vuelve pronto, yo estoy aquí para ti. Soy tu medicina, y tu incapacidad para tirar tus escrúpulos por el retrete mi fuente de ingresos. Pero no te preocupes, que ya te enseño yo cómo hacerlo. Como enseñar a un crío a limpiarse el culo después de cagar. Aleccionador. Ya te digo, me gustaría hacer otra cosa, algo más altruista, más…cristiano. Je, qué broma más cojonuda. Quizá cuando me jubile. Necesito muchos capataces estresados, jefecitos esquizofrénicos, esposas buscando que las enseñen a hacer equipo de nuevo con el hijo de puta que escogieron para mearse en el mundo juntos. Sí, corazón, a eso se le llama triunfar, y huele a mierda cuando nadie viene a limpiar los restos de la fiesta. Ay, qué pena, que te toca hacer la limpieza a ti y no estás acostumbrada, claro. Tranquila, que yo te enseño. Bonitas tetas artificiales, por cierto. Nada, nada, código deontológico, soy un profesional, lo que pasa en este despacho no saldrá jamás a la luz. Salvo que me paguen por publicarlo más que tú por las sesiones, claro. No es personal. Tú en mi lugar harías lo mismo. Yo en el tuyo, pues otro tanto. Todo el mundo se baja los pantalones, ¿qué no? Y al que no quiere, se los bajamos a la fuerza entre los demás. Y ese se lleva la peor parte. Por capullo. ¿Pero a quién se le ocurre tener principios en esta ciudad? Y todos, todos, vendréis a mí a que yo os repare por dentro. A que os haga funcionales otra vez. A que os dé la absolución, y a ser posible sin penitencia, o con lo mínimo, que vamos con prisa, ¿eh? Para eso estoy, mis queridos sociópatas trajeados, para ayudar, no para juzgaros ni para cambiaros. Faltaría más. ¿Un mundo mejor? No seas pánfilo. Eso puede esperar. Hoy vamos a cenar a ese nuevo restaurante de la Guía Michelín, y quizá ya mañana, si eso… desde que Pepito Grillo se hizo cocainómano las cosas marchan mucho mejor, no veas cómo ha mejorado la productividad. ¿Suicidios? No, eso es tabú aquí, no me jodas la cena con tu cantinela, ¿eh? Déjalo correr. Total, no eres tú…

Y seguimos con los intentos de definición...

HK, la ciudad de las paranoias grupales/colectivas, inducidas por sociópatas, fanáticos y otros hdps varios...

Thursday, November 9, 2023

Esfuerzos cotidianos

Desmontar las estructuras tóxicas que te rodean (y apartar de tu vida a la gente que las sostiene y alimenta). Qué gran, ímprobo esfuerzo…


Saturday, November 4, 2023

Objetivos vitales

Creo que un objetivo vital y compás moral mínimo en la vida podría ser algo así como “procurar no ser tóxico a los que me rodean, y aportar hechos positivos en vez de lo contrario”. Puede parecer un objetivo sencillo y humilde, pero no lo es en absoluto; especialmente cuando los que te rodean son gente agobiante, tóxica, sociópatas (no todos, por supuesto, pero una proporción demasiado significativa), o sencillamente personas pasivas que condonan o normalizan el comportamiento de los anteriores. En circunstancias y coyunturas así, ser una buena persona es una opción ética que demanda un esfuerzo casi constante y que probablemente traerá más conflictos que recompensas. Aún así, una vida sin un compás moral resistente y positivo es una vida desperdiciada en la parte más baja y animal del espectro humano.

Thursday, October 26, 2023

Bosquejos de una sociedad VIII

Venga, vamos. Otro turno. Otro día. Otro millar de gilipollas cruzándosete por el camino, deseando morir e irse al infierno. Y encima, yo no puedo parar y frenar y decir “tenga cuidado, abuela”, o “señor, hágase a un lado, por favor”, o llegaría fuera del límite de horario asignado a mi turno. Porque esos putos límites de tiempo sacan de quicio a cualquiera. “Hay que fluir¨, dice el encargado de línea. “La gente se quejará si llegas tarde”, dice el muy capullo. No te jode. La gente se queja siempre de todo. “No arranques, que no me he sentado todavía”. “No cierres la puerta, que tengo que salir”, y la puerta que lleva abierta diez segundos sin que nadie se haya movido. Y a mí me cronometran todo. Hasta el tiempo para cagar. Hasta lo que tarden en abrirse todos los jodidos semáforos de la ruta. ¿Y por qué no me cronometran y me añaden también cada vez que tengo que bajarme a echar la plataforma para que suban los paralíticos en la silla de ruedas? ¿O cada vez que alguien me pregunta si esta línea para en yo que sé qué calle? Esto no es un taxi, joder. Léete la lista de paradas antes de subirte. Pero hay qué fluir. Hay que ser rápido. Rápido. Rápido. Más rápido. Has perdido mucho en el atasco. Acelera. O tendrás una falta. Y cuando acabes recorrido, lo justo para mear. Descansitos, pocos, ¿eh? Hay que rendir. Más rápido. Más pasajeros. Más dinero para los dueños de esta puta compañía. ¿Pero cómo voy a ir más rápido llevando este mastodonte de dos pisos, ¿eh? Tú lo has visto bien, ¿no? Bonito, ¿verdad? Cojonudo para la foto. Cuando eres un crío, tener estos autobuses como juguete está muy chulo. Mira que te gustaban de chaval…Pero ahora que tienes que mover uno de verdad entre todo este tráfico, con la gente bajándose de la acera todo el tiempo, si es que parecen idiotas. ¿Y tú sabes todos los ángulos ciegos que tiene este monstruo? Mucho sistema electrónico, mucho pitar, pero si no estoy atento se me meten hasta en las ruedas, joder, no piensan. Sólo tienen prisa. Cruzar, cortar por el medio de la carretera. Más rápido, más rápido. Y luego que se piensan que yo freno en seco y ya está. Como si fuera posible. Para que encima los pasajeros se te echen encima y digan que se han golpeado por tu culpa. A esta bestia no siempre se la domina. Vamos, que no me duelen luego los músculos y los hombros. Esta palanca de cambios le revienta la espalda a cualquiera. Deberían subvencionarnos unos masajes. Por el bien de todos, ¿no? Mejor tenernos relajados y sanos, listos para parar en cuanto surja el momento de peligro. Porque si no se te cruza un taxista loco en la autopista, se te pegan decenas de peatones suicidas por la calle en Kowloon, o el camión se empeña en pasar antes que tú, a ver quién los tiene más bien puestos. Psicópatas al volante. Joder. Es mucha responsabilidad para mí. No me lo compensan lo suficiente. No entienden lo que quema y exige este trabajo en un lugar como este. No entienden que en mis días libres no quiero ver un volante cerca. No entienden que todas esas muchedumbres desparramándose sin cuidado, pegándose al arcén, mirando su móvil o al cielo mientras se te acercan, me aterrorizan, me asquean. La gente debería ser más disciplinada, como los japoneses. Aunque he oído que en otras partes es peor. Al otro lado, ufff… Y la memoria, todos esos recorridos y paradas que hay que recordar. A ver cómo coño das marcha atrás si te equivocas y te metes en la bocacalle equivocada. Pero si apenas cabe el autobús, como para maniobrar. Su puta vieja madre. Este trabajo es para gente especial, ¿eh? No es para cualquiera. No pierdas el temple cuando un subnormal te grite porque suba frustrado y quiera liarla. Ni le mires. Escoria. Y si se quejan de que vas despacio, que se aguanten, por su bien… mira lo de aquel autobús de la carretera a Tai Po y los viejos borrachos de vuelta del hipódromo hinchándole lo que no debían al conductor; mira cómo acabaron. Más rápido. Tu puta vieja madre, más rápido. Cómprate una moto y acelera hasta estamparte si quieres. Y esa es otra, las motos, a toda mecha por la izquierda y por la derecha, jugándosela para ganar unos pedidos y unos pocos dólares más. Pobres diablos. Y pobre de ti se les tocas por accidente. Joder. No quisiera yo. Estamos todos jodidos en esta jungla de asfalto. En serio. Más rápido. ¿Para qué? Mejor es que llegues de una pieza, imbécil. Respeta al capitán del vehículo. Por la cuenta que te trae. No es un trabajo para cualquiera. Hay que ser duro, física y mentalmente. Y qué poco nos lo agradecen. Más rápido. Sí, hombre, hasta que te salgas y te despeñes. Qué visión, un elefante de estos de dos pisos estrellado verticalmente, ¿eh? Y la gente desparramada por todas partes. Joder. Escalofríos. Tranquilo. Sobre todo, tranquilo. Tú eres el capitán. Tú decides. La máquina te sigue. Ellos no saben. Sólo saben abrir la boca y gruñir. Sí, hombre, sí, más rápido… anda y cómprate un coche de carreras y vete a una isla a estrellarte en una carretera perdida…  

Tuesday, October 17, 2023

Geografías locales XI

Jordan – Yau Ma Tei

Enormes avenidas saturadas de tráfico y cadenas variopintas, seccionadas por callejones estrechos, con frecuencia zigzagueantes. Colorido. Ruido. Líquidos corriendo junto al pavimento y olores difícilmente descifrables. Rostros de tez oscura, miradas entre lo desinhibido, lo amenazador y lo expectante. Mujeres cubiertas de pies a cabeza en rojos, amarillos, verdes, sedas étnicas y tintineo de joyería asiática. ¿Multiculturalidad o pobreza arracimada, chabolismo vertical, urbano? Opulencia en venta a pie de calle, suciedad en las fachadas. Asia es un contraste ininteligible para el occidental, y aquí todo el continente se contrae en unos escasos kilómetros cuadrados. Lo hermoso y lo destartalado se suceden. Apenas atisbamos el drama familiar tras esas escaleras sucias y oscuras. Son los submundos de Hong Kong. Acentos indescifrables por su variedad: nepalí, urdu, bengalí, farsi, pastún, árabe, suajili, mezclados constantemente con varios dialectos chinos. Occidente ha sido engullido y ningunizado aquí; hermoso y aterrador. La presencia confortante de un enorme espacio verde alrededor, reino de niños desentumeciéndose del enclaustramiento y castigo inmobiliario, humaniza un poco estas calles de un aire vagamente descorazonador. Señales mudas nos hacen entender que no todo es seguro aquí, no todo es alegre. Más allá del frenesí sensorial de lo turístico se atisba un velo de malestar. Es la desigualdad y la discriminación. Es la sucesión de capas de una sociedad que se disfraza a diario de divertimento para huir de sus propios demonios. Es un paseo agradable, sin duda, pero no quieras quedarte más de la cuenta entre estos edificios, o la tristeza vendrá a hablarte en un idioma que terminarás por entender.