Sunday, September 22, 2013

Anti psicotropía

Desde hace unos años he decidido mantenerme alejado de las sustancias denominadas estupefacientes, no por temor o respeto a una legalidad difusa, pacata e impuesta, sino por considerar los mecanismos internos de mi cabeza suficientemente proclives de por sí a la fantasía y la interpretación psíquica de la realidad. Considero que todos aquellos seres inclinados por naturaleza a la introspección y el rumiar de pensamientos deberían ser sumamente cautos en cuanto a la potenciación psicotrópica se refiere. Es por eso que abandoné ya los canutos, con los que he mantenido siempre una relación ambigua y contradictoria: unos días me sentaban bien y otros mal. Las personas especialmente dotadas, incluso entrenadas, en el andamiaje de mundos interiores –y los escritores sin duda entran en esta categoría- deberían evitar la sobrexcitación de su psique. Y cuando esto no pudiera ser evitado, deberían, cual antiguo chamán de la tribu, ser dejados a solas con su alucinación para que pudieran desgajarla y entregársela a la comunidad en la forma apropiada. Forzar a un artista a consumir drogas y luego socializar es una gran falta de educación, cuando no un sacrilegio moderno.

Septiembre 2013