Monday, March 31, 2014

Sentido Común, ¿vale?

¿No nos habremos equivocado un tanto y, en vez de pedir más Cultura (fácilmente manipulable ideológicamente y casi siempre co-optada por las clases altas y sus siervos), deberíamos estar pidiendo más Sentido Común?

Tuesday, March 18, 2014

Teoría nº2 sobre la mierda laboral en HK

Es curioso observar cómo en la mayoría de los lugares de trabajo de la ciudad se repite un esquema psicológico que condiciona y dirige las relaciones laborales: una persona autoritaria, egocéntrica, agresiva y generalmente definible como “personalidad piscopática” que obtiene una posición de mando y responsabilidad, y tiende a rodearse de personalidades débiles y manipulables. Hoy me interesa centrarme en estas personalidades maleables y necesitadas de una autoridad, los que hemos llamado anteriormente “peleles”. Los peleles no tienen por qué ser personajes agresivos o ambiciosos en sí, sino que tienden a adaptarse al papel que la personalidad autoritaria les asigna sin cuestionarse los modos imperantes. Es muy curioso, sin embargo, observar cómo estos “peleles” pasan por varias etapas de mimetización en las que van adoptando cada vez más rasgos piscológicos, puede que incluso físicos, de los “psicópatas”. Suelen comenzar negándose a aceptar evidencias de los abusos o trato injusto de sus superiores, y comienzan entonces a crearse una burbuja aparte de la realidad en la que se sitúan como grupo cerrado junto a sus líderes (el número de “peleles” puede variar). La existencia prolongada en esa burbuja acaba incapacitándoles para juzgar con lo que podemos llamar “sentido común” u objetividad el mundo laboral que les rodea. Es más, mientras más se prolongue ese periodo de existencia en burbujas, y esto puede durar años, lustros, generaciones….más tenderán estos “peleles” a considerarse los herederos naturales de las personalidades piscopáticas, con lo que acabarán contribuyendo a perpetuar una atmósfera laboral moralmente repugnante y basada en prácticas ajenas, cuando no abiertamente opuestas, a la “normalidad” fuera de ese ámbito laboral.

18 de marzo de 2014

Infancias hongkonesas

Cuando veo a todos estos niños forzados a cumplir sesiones maratonianas de tutorías y actividades extraescolares un día tras otro, oigo sus quejas por el cansancio acumulado, y veo por la televisión los anuncios del gobierno recordando a los padres que sus hijos tienen derecho a jugar de vez en cuando, pienso en qué tipo de adultos serán estos infantes sobre-explotados “por su propio bien”: ¿tomarán venganza por todas esas infancias y adolescencias convertidas en interminables listas de proyectos, certificados, exámenes, notas y competiciones, y llevarán a cabo una revolución en sus vidas adultas como oficinistas practicando el viejo arte de la vagancia y la ineptitud como opción voluntaria frente a una vida laboral que es una metáfora moderna de la maldición de Sísifo?, ¿o crecerán acostumbrados ya a la vida robótica y deshumanizada del hombre-máquina que trabaja hasta la obsolescencia, para verse entonces apartados entre los escombros de la sociedad y reemplazados por un nuevo, joven, elástico, sumiso y muy corporativista producto social que no sabe pararse por un momento y observar dónde está y de dónde viene? O quizá todas esas horas de juego que les fueron robadas de niños intenten recuperarlas inventándose “juegos de adultos”, manipulando, fingiendo, engañando, arriesgando, tomándose la vida como un juego absurdo en el que las reglas las imponen, como en el patio del colegio, los más brutos. En cualquier caso, recordemos que el futuro de nuestros hijos se puede “comprar”, sí, pero su felicidad y salud mental hay que cultivarla día a día.

18 de marzo de 2014