Hala, otra ronda completada. Joder, me estoy mareando ya de tanto ir y venir. ¿Cuántos pasajeros se han subido en el último recorrido? Espero que compense, su puta vieja madre. Estoy cansado. Quiero quitarme esta carga de encima. Pagar mi deuda y terminar con esta mierda de trabajo. Mi negra suerte, quién me mandaría meterme en ese local de apuestas el marzo pasado. Y ahora, mira, aquí al volante diez, doce horas, las que te caigan, y no le hagas ni un rasguño a su vehículo, ¿eh?, ni estropees nada, que te lo sacarán en dinero, y si no, en sangre. Mecagüen los tatuajes de su vieja madre, vaya mala gente… Venga, subiendo, a ver si se completa esto rápido, y vamos con otra vuelta más. Total, sólo son dieciséis asientos, esto es un mini bus, no es un mastodonte de dos pisos de esos. Calcula bien, ¿cuánto te dijeron que necesitabas hacer hoy? Vaya consorcio de gánsteres, no sé cómo el gobierno hace la vista gorda con esto desde hace tanto tiempo, alguien tiene que estar untando a los uniformados y a los jefazos en los despachos, así, por debajo de la mesa. Cabrones todos. Y yo aquí, viejo y medio enfermo, y conduciendo como un desquiciado. Hay que darle al pedal, hay que hacer el mínimo diario de vueltas, y el mínimo de pasajeros, y luego más, claro, para ir reduciendo la deuda y sus putos intereses. Usureros. El coño de su madre. Que me rompan las piernas o me cosan a navajazos ya, joder. Es mejor morirse así, rápido, que esta agonía diaria, interminable. Mecagüen todo, ¿pero con qué sube este subnormal? La bicicleta, ¿dónde? ¿Aquí delante? ¿Estás tonto o qué? No ves que no hay espacio, que voy a dar una curva y se me va a caer encima, o se les va a ir contra los de la primera fila. La bicicleta de tu vieja madre la cargas contigo, y si quieres le pagas un asiento, joder, como si fuera tu novia. Joder, lo que hay que ver. Venga, ya casi estamos. Mierda, quiero ir al baño a mear, pero no sé si podré. Siempre lo mismo. Tendré que buscar un baño público por ahí en la ruta junto al que pueda aparcar un minuto y hacerlo ahí, y al que proteste que se joda, que pague un taxi. Aquí me bajo ahora y me dicen de todo. Ese cabrón del encargado, viejo asqueroso. Sentado ahí en su taburete todo el día, junto a la parada, mucha sonrisa y mucha mierda, pero intenta tomarte un respiro y ya verás como salta. Bueno, ya estamos, ¿no, jefe? Casi lleno. Sí, eso pensaba yo. Arrancamos. Ahí vamos otra vez. Que los cielos me guarden. Con cuidado. Por aquí se ponen a cruzar siempre por el medio de la carretera, algunos cargando sus bolsas y sacos llenos de vete a saber qué. Su vieja madre. Si espachurro a una de estas cucarachas de dos patas me jodieron la vida: unos me mandan a la cárcel, y otros al infierno cuando salga. Y la deuda ahí, creciendo, mientras me pudro en el talego. Vida miserable. Anda, vamos a poner la radio, un poco de música para animarse. Mira, los semáforos en verde, dale cera, que no te tengas que parar en el puto medio, un poco de suerte y los pasamos todos de una tacada. ¿Qué chilla la mujer esa? ¿Que frene, que no se ha puesto el cinturón todavía? Pues espabila, gallina loca, que esto no es una limusina, ostia. Calladitos por ahí atrás, que me mareáis entre todos. A ver, ¿alguien tiene parada junto a la estación? No, pues seguimos, no me hagáis frenar luego, joder. Ni me pidáis que pare en el medio de ninguna parte, porque luego las multas las pago yo todas, y es mi puta ruina. Por vuestra culpa. Por culpa de todos. Por mi mala fortuna; los cielos me llueven mierda y no tengo paraguas. Ahora tenemos una buena recta sin paradas. Aceleramos. ¡Joder, subnormal! Puto mico taxista, ¿por qué te me metes cuando estoy acelerando, quieres que nos matemos todos? Joder, abuelo, jubílate, deja de conducir y vete a jugar a las damas chinas en un parque. Eso o muérete. Pero no me jodas la vida a mí. Siempre igual. Gritos por aquí, que si no has hecho suficiente caja hoy, que si te toca hacer una vuelta más, que si has tardado demasiado en esta tanda, que si hay un rallón en un lado… Y luego todos los subnormales cruzándosete por la carretera, cambiando de carril sin señalizarlo, puteándote porque les sale de ahí. Y las cotorras desplumadas ahí detrás que no callan, despotricando y hablando mal de todos, y luego insultándote porque giraste brusco, o diste un frenazo y se les calló el peluquín. Viejas putas. O los que dejan a los niños sueltos, y si les pasa algo te dicen que te van a llevar a juicio y sacarte todos los cuartos. Subnormales profundos. ¿Qué cuartos? Si no tengo ni para una cerveza con la cena de hoy. Joder. Todos pidiendo. Todos quejándose. Todos presionando. Su vieja madre. Anda, levanta un poco el pie del acelerador. Se han quedado en silencio por ahí atrás. Acojonados, ¿eh? Así me gusta. Tranquilitos. Suaves. Y me decís claramente dónde os bajáis con tiempo. O si no os jodéis y esperáis a la siguiente parada. Ya está bien de joderme la vida. Esa noche andaba bebido, no controlaba el juego, y ahora meses y meses pagándolo. No hay derecho. Un coche de maderos. Cabrones, pasad de largo, dejadme en paz, que ya tengo bastante. Qué cansado estoy hoy. Cuando llegue a casa… Esa es otra, el casero y su mierda de que tiene que subirme el alquiler. Por ese cuchitril de mis… Gente perra. Todos jodiéndome. Y yo reventado seis días a la semana, siete si tienes mala suerte, y la situación que no mejora. Los cielos no quieren abrirse. ¿Me habrán echado algún mal de ojo? Puñetero destino. Debería ir al templo a pedir ayuda. Unos inciensos y una ofrenda, y que el viento se lleve ya la mala fortuna. Eso es. Ya he sudado bastante, ya cumplí. Dejadme morirme tranquilo. Mierda. Atasco. Espera, por este carril. Vamos, no te quedes atrapado. Gastar gasolina y no hacer caja. Ya está bien. Todo contra mí. No te metas, puerco, es mi carril. Si te metes me paras y me jodes. Bueno, parece que era sólo la entrada al distrito. Vamos mejor ahora. Concéntrate, vienen tres semáforos seguidos. Hay que pasar este tramo rápido. ¿Alguien tiene parada? Nadie contesta. Mejor. Venga, uno pasado, siguiente semáforo. Tú puedes. Hoy voy a terminar a tiempo. Ya está bien. Odio este cacharro horrendo, odio a sus dueños, ostia puta…Venga, ya está. ¿Qué gritáis? No puedo ver, ¿por qué está todo borroso? Joder, voy a mearme encima. No aguanto más. Estoy mareado. ¿Hemos pasado ya el último semáforo? Creo que sí. ¡No! ¡Joder!...
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