Monday, February 24, 2025

Inicio para una novela que nunca se escribirá. Intento 2.

 Era increíble. Después de tantos años, después de todo lo ocurrido, aún conservaba, de alguna forma, el aura de pureza inocente del eterno aspirante a tonsurado, esa ausencia de dudas y ese optimismo irrebatible de quien todavía desconoce la traición y sus decepciones reverberantes. Podía notarse en su forma de caminar, en ese ligero encogimiento forzado del que persigue obsesivamente la humildad. Ese aura única, oscilante entre lo lastimero y lo grandioso, seguía acompañándole como una sombra. Debía ser ya el último capaz de ese efecto de entre todos nosotros.  Yo le veía acercarse lentamente desde el otro lado de la calle, y temblaba quedamente presa del miedo y la frustración. 

Wednesday, February 19, 2025

Local Fury

 The emptiness, unfairness, madness of this city builds up these huge piles of anger and fury that erupt every single day in the streets of Hong Kong, in its offices, inside the homes. So much unnecessary, futile negativity and toxicity that could (should) be easily dismissed if only the core values of this place were not what they are...

Sunday, February 16, 2025

Miedo al futuro (I)

 ¿Será el mundo de las redes sociales y sus iteraciones infinitas el nuevo narcótico con el que envenenar y neutralizar a las clases subordinadas, como antes lo fueron la heroína, las anfetas, el crack o el fentanilo?

Friday, January 24, 2025

Rasgos distintivos

 Dos rasgos distintivos de la sociedad hongkonoide: la aporofobia y la gerontofobia. En términos más generales, es saliente el odio inculcado desde jovencitos a todo elemento improductivo de la sociedad. Mundo múrido...

Sunday, January 5, 2025

Bosquejos de una sociedad XVIII

Joder, estoy agotado; me duele la espalda, y tengo los brazos agarrotados. ¿Cuántas horas ya al volante? Más de ocho, seguro. Pero mi negra suerte, hoy no he hecho más que deambular y ver cómo otros se llevan los clientes. Ni la gasolina de su vieja madre voy a amortizar así. Espera, mira, esos dos desgraciados, ¿quieren cruzar o quieren un taxi? Nada, no hay manera. Sigamos, mi fortuna va a cambiar tras el siguiente giro, joder. Gastar los ahorros para comprar la puta licencia, alquilar el vehículo, toda la mierda burocrática, para no saber ni si voy a poder llegar a fin de mes. Su vieja madre. ¿Qué más podía hacer? Cincuenta y ocho putos años, sin apenas ahorros para jubilarme, y el taller eléctrico del coño de su madre tenía que cerrar. A la puta calle. ¿Dónde iba a encontrar trabajo? Era esto, o portero, o barrendero. Y no sé si me habré equivocado con la elección. Perra vida. No me tocará la lotería y lo mandaré todo a la mierda. No hay más que competencia por todos lados, con esos putos coches privados. Que sí, que sí, que van a regularlo y acabar con los abusos y las irregularidades, dicen esos perros pestilentes del gobierno, y luego nada. Toda la presión para nosotros, los taxistas que se han gastado la pasta en una licencia. Jódete, y haz más horas al volante. Y luego, no tengas un accidente, claro, o se irá todo a la mierda. A ver cómo pago yo otro taxi, o una reparación a fondo. Eso, si no te culpan de todo a ti y te meten en la cárcel. Lo dicho, presión por todos lados. Su vieja madre. Eh, esos de ahí en la parada de minibuses, ¿alguno con prisa? Venga, joder, qué os cuesta, son unos pocos dólares más si compartís la carrera entre varios, mamones. Puercos miserables. A este paso me veo pegado al volante hasta los setenta y cinco. Igual me sale más a cuenta estrellarme contra algún deportivo o un Mercedes, a ver si puedo demandarles y sacarles una compensación… ¿pero qué mierda digo? Acabaría yo reventado, y ni las facturas de hospital podría pagar. Inválido y arruinado. Para eso, mejor muerto. Mira, ya me harté de dar vueltas. Mejor me voy a la salida del metro, a hacer cola en la parada. Con suerte, tengo algún cliente en menos de media hora. O paro por ahí y me echo una cabezadita. Joder, estoy realmente cansado. Pero, ¿cómo vuelvo a casa con la mierda de recaudación de hoy? No, no puede ser, se me cierran los ojos, pero necesito más dinero, necesito más, mierda de vida, necesito…

Sunday, December 8, 2024

Bosquejos de una sociedad XVII

Hala, vamos. Otro día aguantando, ganando lo suficiente para un tazón de fideos y, con suerte, algo de acompañamiento. Sobreviviendo. Agachándose, forzando la espalda, las rodillas. Justificando mi presencia aquí, en la ciudad de la riqueza y la prosperidad. No te jode. Hasta que me parta en dos, se me quiebren las rodillas, o me quede ciego del todo. Entonces, mejor morirse. Malditos dioses burlones y sus ruedas trucadas del destino. ¿Qué habré hecho de joven para merecerme esta vejez? ¿Por qué no me da un descanso la vida de una vez, su vieja madre? Mejor agarra la escoba, el recogedor, y deja de perder tiempo lamentándote. Luego viene el capataz y te dice que no vales para nada, que eres un viejo endeble y nunca completas tu zona en el tiempo asignado. Su vieja madre. Será cabrón. ¿Cómo se atreve a hablarle de ese modo a alguien que le dobla la edad? Muerto de hambre pretencioso, ojalá te pudras en el infierno y nadie te queme ofrendas, para que la miseria te acompañe incluso en la otra vida. Puerco fantasma comemierda. Me duelen las articulaciones de recoger basura del suelo, y de empujar este carrito con los trastos malolientes. Diles a los egoístas malcriados que viven en estas torres de adinerados de su vieja madre que recojan la mierda de sus perros, que no tiren los restos del McMenú en cualquier lado, que sean menos cerdos, en resumen. A este viejo le harían la vida más fácil en sus últimos días. Pero, ¿a quién cojones le va a importar un anciano pobre y apestoso? ¿Acaso el prójimo tiene alguna importancia en esta urbe de ricos y soplapollas? Demasiada gente. La maldición y la fuerza de nuestra raza. Demasiados para exterminarnos, demasiados para sojuzgarnos, cabrones extranjeros de mierda. Ahora nos hemos puesto en pie y somos algo grande. Enorme. No lo sabéis bien todavía. Pero todo esto a mí me llega tarde. No dejo hijos. Nadie a quien demandarle cuidados, dinero, regalos, a cambio de una vida de sacrificio. No quise. Y ahora lo pago. Nadie quemará dinero del infierno para mí. Nadie me enviará vino de serpiente o cerdo asado al otro mundo. Pero hoy mi parte del contrato dice que debo dejar este camino limpio antes de las once. Aunque en un rato vuelva a estar lleno de mierda. Es como la vida. Hala, vamos a coger la escoba y dar ejemplo a esta juventud de flojos de su vieja madre. Es la puñetera escoria occidental que les meten en la cabeza, a través de los ordenadores, y esos vídeos que ven constantemente, y los videojuegos, y la música. Les hace dudar de quiénes son, y eso les hace débiles. Yo nunca tuve esos problemas. Ni me quejaba tanto, su vieja madre. Y así he logrado pasar de los setenta. Dolorido, desastrado, pero en una pieza todavía. La salud de un dragón. Joder. Que le den a la medicina occidental y sus porquerías sacacuartos. ¿Qué esperan del futuro estos mequetrefes insolentes? Mejor que agachen la cabeza y aprendan el valor de la diligencia y la constancia. Empujar el carrito, agarrar la escoba, limpiar, un metro, otro, echar agua, recoger, apretar los dientes. Te han dicho que sigas limpiando, pues sigue. Pero si ese cabronazo del capataz vuelve a levantarme la voz…

Saturday, November 16, 2024

De YouTubers a líderes

 El culto en edades tempranas a la figura del Youtuber tiene como corolario lógico en la vida adulta el culto a la figura del líder, por lo general un sociópata vociferante y avasallador que ha sabido capturar el ethos enfermizo de su tiempo y transformarlo en energía dinámica, destructiva y negativa, pero no por ello menos poderosa en su coyuntura.