La agresividad
laboral latente en esta ciudad es resultado de los mal llamados “principios
fundamentales de la economía de mercado más libre del mundo” (terminología
neoliberal) o de la absoluta desregularización y desmembración del mercado
laboral en beneficio de las clases dominantes (terminología marxista), y de su
total adaptación y aceptación entre la mayoría de las profesiones. Entre dichos
principios se encuentra el de la “competitividad”; es necesario ser más
competitivo y más productivo que los demás de forma constante. Esto es algo
extremadamente difícil de lograr, es muy complicado ser siempre más creativo y
eficiente que los compañeros de trabajo, por lo que en la realidad la mayoría
de los trabajadores que adoptan este principio como válido tienden a su
aplicación negativa, es decir: ser más competitivo a base de destruir u
obstaculizar el trabajo de los compañeros. Esta atmosfera es tremendamente
destructiva a largo plazo, pues ralentiza o bloquea el normal desarrollo de las
tareas laborales. Es por eso que en este tipo de ambiente laboral tienden a
sobrevivir, fundamental o exclusivamente, los psicópatas, lameculos y/o peleles
serviles y dóciles. Aquellas personas que son especialmente creativas o
eficientes tienden a ser consideradas como una amenaza por sus compañeros, puesto
que están en una situación constante de comparación y competición. La
difamación, la constante circulación de rumores negativos y la manipulación de
los individuos más débiles dentro del grupo social son los resultados
inmediatos de esta atmósfera laboral. Esta teoría ha sido verificada
–repetidamente- en la ciudad de HK (para mi profundo pesar).
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