¿Cómo suelen reaccionar los habitantes del Monstruo a esa regurgitación agria de las entrañas que llaman "competitividad"?
Podríamos, a grandes rasgos, distinguir dos reacciones:
a) Una posible reacción consistiría en practicar la "táctica del avestruz", esconder la cabeza y ejercer de ciegos voluntarios. Esto conlleva un blindaje absoluto frente a toda realidad ajena a los límites corporales propios y la creación de una burbuja que sirva de realidad artificial; el mayor peligro aquí consiste en la posibilidad de que esa burbuja reviente por causas externas y el sujeto se encuentre demasiado aterrorizado ante la exposición a un mundo real relegado al inconsciente como para recomponerse.
b) Una segunda reacción posible consiste en el apurado de la bilis competitiva, cuyos primeros efectos en los organismos afectados suelen ser agresividad, maledicencia, afán de criticar e interrumpir cualquier labor ajena y, finalmente, un cierto regusto sádico en la contemplación del daño en los otros. Este tipo de reacción suele desembocar en cuadros psicosomáticos de diversa gravedad y evidencia. Cuidado con considerar que nuestros jugos gástricos tienen más ácidos que las secreciones del Monstruo y podemos digerir sin más todo lo que se nos suministre.