El sentido trascendente del viaje se ha perdido con la aparición de la aviación de alta velocidad y altura y largas distancias. Antes, al viajar se atravesaban países, ciudades y paisajes, se transcurría por caminos y se tenía conciencia de las distancias y las evoluciones del viaje; ahora, basta con subirse a un avión enorme y desconectarse del mundo por unas cuantas horas para bajarse en el otro extremo del planeta. El mundo ha dejado de ser una sucesión encadenada de lugares, interconectados en una progresión asimilable por nuestros sentidos, para convertirse en un millón de "cajas" aisladas e independientes, banderines en un mapa virtual que ni siquiera existe.
Quizá por eso prefiero viajar en tren o automóvil a hacerlo en avión.
Monday, August 20, 2012
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