Monday, June 16, 2025

Bosquejos de una sociedad XIX

 Rincón fresquito, a la sombra. No demasiada mugre. No veo cucarachas, ni demasiados mosquitos alrededor. Pues venga, aquí mismo, en este pequeño túnel de conexión entre calles. Seguro que por aquí pasará más gente en breve, a hacer la compra o a recoger a los niños del colegio. Despacio. Uf, me duelen los huesos. La verdad es que estoy cansado. Normal, más de siete décadas viendo pasar las desgracias. Abrimos la banqueta. Con cuidado, que no baile y me vaya a caer. Saca la mercancía: las flores hechas de pasta. Que no se te rompa ninguna. Es algo bonito, ¿no? Alguien las comprará, alguien tendrá corazón. Esto es mejor que mendigar, ¿verdad? Su vieja madre, qué perra es la vida... Quién me iba a decir que acabaría viéndome así, con todo lo que he trabajado cuando el cuerpo me aguantaba. Si con las flores no saco para comer hoy, la próxima vez tendré que meter todos esos viejos recuerdos y pertenencias en una maleta, y tratar de vender eso. ¿Cuánto vale una vida gastada aquí y allí? Igual podría probar a ir a comer a ese salón de esa iglesia occidental. Su vieja madre, de esa gente no quiero nada, vinieron aquí, nos robaron todo, construyeron sus templos asquerosos, y ahora nos quieren hacer tragar la última humillación, disfrazada de dádiva. ¿Por qué les permite el gobierno seguir aquí? Bueno, a ver cuánto saco con las flores de pasta. No veo bien quién pasa, debe ser el sol, que me da en los ojos. La gente camina tan rápido estos días, no podrán ni verme. Y luego, esos malditos formularios inacabables que te hacen rellenar una y otra vez, para ver si estás dentro de los parámetros de los que pueden recibir ayuda, no vayas a ser un impostor, ¿eh? Algunos incluso están en inglés, joder, si a veces no entiendo ni las preguntas en chino, ¿cómo voy a saber qué necesito contestar? Trampas todo el camino, obstáculos y más obstáculos para los que no tuvimos una buena educación. Su vieja madre, ninguno en esas oficinas ha trabajado tanto como yo lo he hecho: en zanjas, en andamios, en fábricas de techo bajo en las que creías que te asfixiabas, hasta que se las llevaron todas a Shenzhen o a donde diablos estén ahora... ¿Y por qué no ahorraste más?, me dice algún hijo de mala madre. Ya no hay respeto. Todas las costumbres están corrompidas. O quizá siempre ha sido así. Intenta sonreír a los que pasan o no te comprarán ninguna flor. ¿Por qué corren tanto? No veo más que manchas borrosas pasando rápidas. ¿A dónde tienen tanta prisa en llegar? No sé, quizá debería recolectar cartones y madera, y llevarlos a algún punto de reciclaje. Necesito una carreta para esto. ¿No viste el mes pasado haciéndolo a...? Sí, creo que era ella, pero no estoy seguro. Los viejos también tenemos que comer, ¿sabes? Ah, Li Ai, quizá fue mejor que te fueras y no estés aquí para ver esto. A lo que hemos quedado reducidos. Tu enfermedad se nos llevó tanto, ¿verdad? No esperéis a que os den vez en el hospital público, o será demasiado tarde, decían. Buscad una segunda opinión. Visitad a otros doctores. Pero nadie te decía cómo pagar las facturas un poco más tarde, ¿verdad? En fin, somos una gota en un océano inmenso. Seguir quejándome no alimentará mi estómago. Céntrate mejor en vender estas flores, o tendrás que comértelas de cena. Espera, ¿han encendido las luces en el túnel? ¿Por qué lo veo todo borroso? Mira, viene un grupo de gente por el otro lado. Estos van despacio, ¿debería decirles algo? Hay como un vaho extraño flotando en el ambiente. ¿Ha bajado la niebla? Pero en esta época del año no... Mira, se acercan, parece que se van a parar. Bueno, mis primeros compradores, el inicio de mi buena suerte, ¿no? Esas malditas luces, me están cegando, ¿de dónde demonios vienen? A ver, estas flores son algo bonito, ¿no? Sobre todo, son algo digno, una demostración de que no se es todavía un animal inútil, claro, una... Espera. No puede ser. Tú. ¿Qué haces aquí? Esta bruma, nos envuelve. ¿Qué quieres? ¿Para qué has venido? ¿Es que ya...? No, déjame, mujer, no tires de mí, no... 

No comments: